miércoles, 19 de enero de 2011

“LEYES CONTRA NORMAS”

¿Realmente llevamos acabo las leyes como una regla de práctica?
Si bien es cierto que las leyes no son utilizadas con el fin que se desearían, si nos sirven o son utilizadas como un referente, más no como un método estrictamente sistemático.
Dewey nos habla de las leyes no como tales, sino como instrumentalidades intelectuales que pueden ser utilizadas por el educador.[1]
No podemos aplicar una ley en todos los casos, ni con la misma función, hay que adaptarla al individuo. Un ejemplo claro en mi experiencia como atleta, puedo darme cuenta que cada individuo por el simple hecho de no ser del mismo género hace una diferencia que nos implica realizar una alternativa en cada uno de los conocimientos que se deseen plantear, debemos adaptar los programas de estudios de acuerdo al contexto social y a la disponibilidad (habilidades y capacidades), de los alumnos. Debemos exigirnos un cambio personal como docentes para no cerrar las posibilidades del alumnado y así no incurrir en el fracaso escolar.
Me parece que es lo que pasa en escuelas públicas donde asisten alumnos comunes y alumnos con capacidades diferentes, donde no se les evalúa por el empeño que ponen en aprender o la mejoría que va siendo paulatina, sino porque tan bien lo realizan sin importar si el alumno aprende o no. Se me hace absurdo que los profesores que tienen mayor tiempo ejerciendo su labor como decentes, no busquen una mejora en su manera de enseñar, el hecho de que se den la oportunidad de innovar su clase no quiere decir que perderán la esencia en la profesión.
Por que lo que nos interesa realmente en la educación, es que los alumnos logren una mejoría día con día, llevando  los conocimientos adquiridos a la práctica para obtener un resultado favorable, es así como Dewey nos hace referencia a un ejemplo:
Un fabricante de pinturas utiliza los resultados obtenidos en el laboratorio de química. Pero los resultados de la fábrica difieren de los obtenidos en el laboratorio, de un veinte a un dos por ciento. La  reacción podría parecer ser el que las conclusiones obtenidas científicamente no son de uso práctico, al menos en el caso de la divergencia mayor. Pero el fabricante no saca esta conclusión.
Lo que le interesa es la mejora de las prácticas en la fábrica con el fin de que sus operaciones den un producto cada vez mejor en relación con la cantidad de trabajo y materiales empleados.[2]
Es así como en este ejemplo se ve favorecido cuando se observa e indaga para que paulatinamente mediante la práctica se mejorara la fórmula que se desea obtener.
Y es así como se debe hacer en la educación y no fundamentar sobre reglas de práctica.
Y entonces sí las leyes no son un requisito estrictamente necesario, debemos darnos a la tarea de enseñar de igual manera a los alumnos a utilizar su propio juicio aquí un ejemplo:
“Si ustedes encuentran que lo que les digo, o lo que otros maestros les digan, no coincide con su sentido común, con el uso de su propio juicio en una situación escolar real, olviden lo que han aprendido, y confíen en lo que su propio juicio les diga qué es mejor hacer en las circunstancias presentes”.[3]
Y aunque es parte de los docentes hacerles ver que no siempre ellos tienen la razón y es preciso cuestionar, también es necesario por parte del alumno no sólo quedarse con lo poco o mucho que se le brinda. Es decir, debemos buscar, indagar y analizar cada situación buscando distintas alternativas y así podremos cohesionar los conocimientos ya adquiridos con los nuevos, pero siempre llevando estos a la práctica o un poco por que no a la vida cotidiana.
Por ello no se debe instruir alumnos, sino formarlos y brindarles las herramientas necesarias para un mejor desempeño laboral.
Las fuentes frente al contenido nos hablan de que sólo los que dirigen las actividades educativas son capaces de entender las ciencia de la educación, ya que, sólo ellos lo ven reflejado en su labor cotidiana al aplicarla día con día, quien mejor que un profesor que a laborado en clase directa para explicar y entender la realidad educativa, es así como los profesores utilizan las fuentes para darle sentido a los contenidos.
Podemos decir que para un mejor proceso educativo son necesarias la investigación y conocimientos afines que nos ayuden posteriormente a llevarlo a la práctica, pero sólo ahí se comprueba, verifica o simplemente se refuta lo indagado ya que no siempre habrá de obtenerse con exactitud el mismo resultado.
Y no necesariamente habría que utilizarse ciencias exactas para llegar a un resultado, por que podemos apoyarnos en algunas otras. Tal es el caso de las ciencias de la educación que no solo esta formada por una sino que se auxilia de otras para complementar el conocimiento. No existe una ciencia independiente en la educación.

CONCLUSIÓN
Es cierto que no deberían existir las reglas de práctica pero, sin embargo, muchos profesores las aplican incluso en las aulas donde los más desfavorecidos son los alumnos. Planteemos un cambio práctico y no sólo utilicemos las reglas como lo que son sino con la finalidad de favorecer e incrementar el enriquecimiento de conocimiento en cada uno de los alumnos.
Seamos forjadores de una nueva educación y dejemos de lado las antiguas formas de evaluar y obtendremos mejores resultados. Porque así evitaremos las mismas competencias entre alumnos, que el objetivo no sea tener al mejor alumno (solo uno) con tal método, sino que obtengamos que todos aprendan y se les brinde una educación integral y juiciosa.



[1] Dewey, John. La ciencia de la educación. Buenos Aires. Séptima edición. LOSADA S. A. p.31
[2] Dewey, John. La ciencia de la educación. Buenos Aires. Séptima edición. LOSADA S. A. p.32

[3] I bidem, p.34


PUBLICADO POR: VAMY...

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