miércoles, 19 de enero de 2011

EL AGUA, LA SED Y EL DEPORTE

El mecanismo por el cual el cerebro nos informa de que necesitamos ingerir liquido no es perfecto, puede verse bloqueado por otras sensaciones o engañado con líquidos altos en minerales y/o azucares que posteriormente ocasionas una bajada del agua en el organismo.

A la hora de practicar deporte o una actividad física, tenemos que beber agua antes, durante y después de las sesiones de entrenamiento. No tenemos que esperar a sentir sed.

La cantidad de agua a beber estará en función de la temperatura, la intensidad del ejercicio, la humedad del ambiente y el metabolismo del deportista.

Ya que la sed aparece no solo por la falta de agua, tenemos que tener en cuenta que las comidas altas en sales (saladas) necesitan de más agua para su utilización por el organismo. Así como las bebidas altas en sales, sacian menos la sed que el agua poco mineralizada.

Los alimentos y las bebidas nos aportan agua de forma desigual, por ejemplo la leche tiene un alto porcentaje en agua de hasta el 85% por ciento del peso. Los zumos naturales también tienen una proporción de agua parecida. Algunos alimentos basados en hidratos de carbono y cereales también tienen un alto porcentaje de su peso en agua.

EXCESO DE HIDRATACIÓN O DE AGUA 

Cuando se consume mas agua de la que se puede absorber el sistema cardiovascular se produce una perdida de nutrientes a nivel sanguíneo. El sodio y el potasio se diluyen con el exceso de liquido bajando su porcentaje en sangre, esto puede producir calambres (rampas), mareos, ganas de vomitar (nauseas) y dolor de cabeza.



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