miércoles, 29 de diciembre de 2010

Obesidad infantil y malos hábitos alimenticios

Comencemos por definir que es la obesidad:

La obesidad es una enfermedad compleja caracterizada por la acumulación excesiva de tejido graso en el cuerpo, aumento de peso y sus consecuencias. La obesidad resulta de un desequilibrio entre el consumo y el gasto de energía, aunque también está asociada a factores sociales, conductuales, culturales, fisiológicos, metabólicos y genéticos.

Está acompañada por problemas derivados del exceso de peso corporal entre los que se encuentran: dificultades para respirar, ahogo, somnolencia, problemas ortopédicos, trastornos cutáneos, transpiración excesiva, hinchazón de los pies y los tobillos, trastornos menstruales en las mujeres y mayor riesgo de enfermedad coronaria, diabetes, asma, cáncer y enfermedad de la vesícula biliar.

Ahora; ¿Qué es la obesidad infantil?

Para muchos especialistas a nivel mundial, definir la obesidad resulta difícil ya que como se mencionó previamente, hay muchos factores que la causan y varían entre poblaciones.

Es importante saber que es normal que a los cuatro meses de edad se tenga gran cantidad de grasa, que disminuya de forma constante entre los dos y seis años y aumente alrededor de los siete años. Sin embargo, si un niño es obeso entre los seis meses y siete años de edad, la probabilidad de que sigan siendo obesos en la edad adulta es del 40%. Si un niño es obeso entre los diez y trece años, las probabilidades son 70%. Esto se explica porque las células que almacenan grasa (adipocitos) se multiplican en esta etapa de la vida por lo cual aumenta la posibilidad del niño de ser obeso cuando adulto. Un niño (de 6 hasta 19 años) se considera obeso cuando su peso supera en más de un 20% el peso medio ideal para su edad, talla y sexo.

Uno de los mejores parámetros para valorar el sobrepeso u obesidad es el índice de masa corporal. El ÍNDICE DE MASA CORPORAL (IMC) es una proporción entre el peso y la talla.

El IMC nos indica el riesgo de padecer enfermedades relacionadas al sobrepeso y obesidad, la probabilidad de que siga siendo obeso de adulto y aún más importante, la urgencia de atención médica.


En México, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Nutrición realizada en 1999, 27.5% de los niños en edad escolar presentan sobrepeso. Los niños obesos tienen una morbilidad y mortalidad superior a aquellos niños que no lo son.

Según un comunicado de prensa del 2006 de la Secretaría de Salud, el Servicio de Endocrinología Pediátrica del Hospital Infantil de México "Federico Gómez" declaró que el 40% de la población infantil en nuestro país sufre sobrepeso y obesidad. Esto se debe en gran parte a la carga genética de los mexicanos que predispone al sobrepeso. El cambio de vida que ha tenido la sociedad tanto en sus hábitos alimenticios, como de actividad física es un factor de gran importancia.

Los niños con obesidad pueden sufrir de hipertensión, colesterol elevado y resistencia a la insulina desde la infancia o pubertad y continúan con el riesgo en la etapa adulta. En varones, aumenta el riesgo de ateroesclerosis, infartos al miocardio, accidentes vasculares cerebrales, diabetes así como cáncer de colon. Las mujeres en cambio, son proclives de padecer artritis degenerativa, aumento de la presión arterial en el embarazo y predisposición de fracturas de cadera.

Especialistas del Instituto Nacional de Pediatría calculan que niños con sobrepeso de 25% adicional al normal tienen mayor probabilidad de presentar alteraciones hormonales. En la mujer, puede generar infertilidad, ovarios poliquísticos y alteraciones del ritmo menstrual.

Se calcula que la hipertensión arterial, es un problema que no se detecta en la etapa de niñez y adolescencia, presentándose cifras de 120/70 mmHg, cuando lo normal es de menos de 100/60 mmHg antes de empezar la pubertad. Tampoco se identifica el incremento del colesterol que suele tener cifras normales de adultos, pero que en niños y adolescentes pueden ya estar elevados.



Por problemas de obesidad, durante la pubertad son más proclives al suicidio, a las adicciones al alcohol, tabaco y otras drogas y a desarrollar alteraciones de la alimentación como anorexia y bulimia.



Datos Relevantes:

  • Uno de cada 4 a 5 niños es obeso, mientras que uno de cada 3 está en riesgo de serlo.
  • Los niños que son obesos a la edad de 6 años tienen un 27% de probabilidad de ser obesos cuando sean adultos.
  • Los niños que son obesos a los 12 años, esta probabilidad aumenta al 75%.
  • Uno de cada diez niños es obeso al llegar a los 10 años.
  • Un niño obeso tiene 12.6 más probabilidades de tener diabetes mellitus y 9 veces más probabilidades de ser hipertenso a edad temprana que niños no obesos.
  • 43% de los que se ubican entre los 3 y nueve años también la padecerán más adelante.
  • 86% de quienes llegaron a la pubertad en esa condición, tienen una alta probabilidad de mantenerse así el resto de su vida.
  • Los niños con 15% de sobrepeso tienen alteraciones ortopédicas, dificultad para estar erguidos, alteraciones de alineación de columna y extremidades debido al enorme depósito de grasa abdominal.
  • En la pubertad, con 20% de sobrepeso, hay restricción pulmonar, disminuye la movilidad diafragmática, la ventilación es superficial y la oxigenación menor.
  • Al hacer ejercicio, el niño/a se fatiga rápidamente porque el corazón late más veces por minuto de lo normal, los pulmones ventilan in-adecuadamente y si continua la actividad, pueden aparecer calambres, dolor por fricción del hígado con las costillas (de caballo) y otras complicaciones.

¿Cuales son los riesgos de la Obesidad Infantil?

El sobrepeso y la obesidad infantil está detonando la aparición de diversas enfermedades que anteriormente sólo se veían en la población adulta. En un estudio que lleva acabo el Hospital Infantil de México "Federico Gómez", en niños con sobrepeso y obesidad de 4 a 18 años de edad, se observó que de 100 niños estudiados el 16% son hipertensos, 50% tienen problemas de hipertensión, altos niveles de trigliseridos y colesterol, lo que se conoce como síndrome metabólico.

La obesidad es una enfermedad crónica, progresiva e incurable de forma espontánea. Por lo tanto, es sumamente valiosa la intervención de padres y personal médico.

El problema a corto plazo es la aparición de enfermedades que antes se veían principalmente en adultos. Ellas incluyen:

1. Aumento en la presión arterial (hipertensión).
2.Aumento de los niveles del colesterol general, especialmente del "colesterol malo".
3.Altos niveles de insulina en la sangre.
4.Problemas respiratorios al dormir (apnea de sueño).
5.Problemas ortopédicos, especialmente de articulaciones.
6.Problemas hormonales.

Mejorando la nutrición en niños
  • Los padres escogen los tiempos para las comidas, no los niños.
  • Proveer una amplia variedad de comidas nutritivas tales como frutas y vegetales en vez de comida alta en energía y baja en nutrientes como aperitivos salados, helado, comidas fritas, galletas y bebidas endulzadas.
  • Poner atención al tamaño de la porción; servir proporciones adecuadas para el tamaño de los niños y su edad.
  • Utilizar productos diarios sin grasa o bajos en grasa como fuentes de calcio y proteína.
  • Limitar los refrigerios durante las conductas sedentarias o en respuesta al aburrimiento y particularmente restringir el uso de bebidas endulzadas como refrigerios (por ejemplo, jugo, refresco, bebidas deportivas)
  • Limitar las conductas sedentarias, con no más de 1-2 horas al día de pantalla de vídeo/televisión y no colocar televisores en las habitaciones de los niños.
  • Permitir la auto-regulación de la ingesta calórica total en la presencia de IMC o de peso para la talla normales.
  • Tener comidas familiares regulares para promover la interacción social y modelar el papel de la conducta relacionada con la comida.
  • Estrategias de la AHA para dieta pediatrica para individuos mayores de 2 años:recomendaciones para todos los pacientes y sus familias
  • Equilibrar las calorías de la dieta con actividad física para mantener un crecimiento normal
  • 60 minutos de juego a actividad física moderada a intensa diariamente
  • Comer diariamente vegetales y frutas, limitar ingesta de jugos
  • Utilizar aceites vegetales y margarinas suaves bajas en grasas saturadas y ácidos grasos trans en vez de mantequilla o la mayoría de las grasas animales en la dieta
  • Comer pan de granos enteros y cereales en vez de productos de granos refinados
  • Reducir la ingesta de comidas y bebidas endulzadas con azucar
  • Utilizar leche y productos lácteos sin grasa (descremada) o baja en grasas diariamente
  • Comer más pescado, especialmente asado u horneado.
  • Reducir la ingesta de sal, incluyendo la sal de comidas procesadas.
Bibliografia:

Secretaria de Salud. COMUNICADO DE PRENSA No. 236, 27/Abril/2006
http://www.pumitasfutbol.unam.mx/obesidad.html
http://www.kidshealth.org/kid/en_espanol/index.html
Secretaria de Salud. COMUNICADO DE PRENSA No. 034 20/Enero/2006


Karla Ozuna

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